miércoles, 9 de noviembre de 2011

Anécdota de mi abuelo.

"En estos tiempos de tanta euforia celeste, recuerdo que cuando la final del mundial de 1950, donde Uruguay fue campeón del mundo en una hazaña que será por siempre recordada, tenía apenas 9 años y en la memoria tengo presente lo feliz que me sentía, porque todos los uruguayos así lo estaban; yo no sé si le daba la verdadera dimensión de lo que habían logrado los uruguayos, lógicamente por mi corta edad, pero junto a otros gurises del barrio disfrutábamos de ese momento y en la calle y con una bandera uruguaya, nos poníamos roncos con los cantos de la época.

No sé si esto que cuento será una anécdota o simplemente una vivencia de gloria que quedó para siempre en la historia y que cada 16 de julio nos permite recordar algo sencillamente fantástico."

Nacho.

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